Amantino Mancini llegó a Italia en 2002, adquirido por la Roma al Atlético Mineiro y cedido al Venezia. La Roma lo había fichado como recambio de Cafú porque en Brasil jugaba como lateral derecho, y el técnico veneciano, Gianfranco Bellotto, le mantuvo en esa posición donde tuvo un rendimiento muy bajo, hasta el punto de ser objeto de chistes en la capital transalpina tras ser repescado por la Roma de Fabio Capello al año siguiente.
Capello le hizo jugar un poco más adelantado, como volante diestro y su rendimiento mejoró notablemente. Entonces llegó el derbi con el Lazio y el gol de tacón de Mancini..., el punto de inflexión a partir del cual todo cambió, los aficionados, que a principios de temporada dudaban de sus cualidades y hacían chistes a su costa, bautizaron la jugada como "il tacco di Dio" (el tacón de Dios) y Mancini comenzó a tocar la gloria.
Tras un periodo de lesiones y enfrentamientos con Francesco Totti, todo el mundo daba por hecho su marcha a la Juventus de Turín, pero el nuevo entrenador romano Luciano Spalletti se opuso a la venta del brasileño. Spalletti forzó la reconciliación con Totti y adelantó un poco más la posición de Mancini. El brasileño, que llegó a Italia como lateral derecho, se transformaba así en extremo izquierdo.
Luego llegaría su impresionante gol al Lyon, pero eso ya es otra historia, hoy nos quedamos con aquel gol de espuela que cambió el destino de este magnífico futbolista.
Capello le hizo jugar un poco más adelantado, como volante diestro y su rendimiento mejoró notablemente. Entonces llegó el derbi con el Lazio y el gol de tacón de Mancini..., el punto de inflexión a partir del cual todo cambió, los aficionados, que a principios de temporada dudaban de sus cualidades y hacían chistes a su costa, bautizaron la jugada como "il tacco di Dio" (el tacón de Dios) y Mancini comenzó a tocar la gloria.
Tras un periodo de lesiones y enfrentamientos con Francesco Totti, todo el mundo daba por hecho su marcha a la Juventus de Turín, pero el nuevo entrenador romano Luciano Spalletti se opuso a la venta del brasileño. Spalletti forzó la reconciliación con Totti y adelantó un poco más la posición de Mancini. El brasileño, que llegó a Italia como lateral derecho, se transformaba así en extremo izquierdo.
Luego llegaría su impresionante gol al Lyon, pero eso ya es otra historia, hoy nos quedamos con aquel gol de espuela que cambió el destino de este magnífico futbolista.
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